martes, 16 de enero de 2007

Unirse y separarse

Cuando dos personas entran en conflicto, suelen echar mano a la fuerza para dirimirlo. Las artes marciales nos enseñan que la mejor estrategia es escuchar, atender, recibir y canalizar la fuerza del otro. Para llegar juntos a algo superior, es posible encontrar una solución dinámica, no violenta al problema. Esto requiere, muchas veces, encontrar los puntos de acuerdo, los espacios vacíos que no han sido explorados. Requiere que uno esté conectado con su centro y que se mueva desde él, no tanto desde los brazos, la cabeza o las manos. En última instancia, la mejor manera de resolver la disputa es centrarse, escuchar la intención del otro y trabajar juntos para hacer de ese encuentro algo creativo, "grande" en el mejor sentido de la palabra.

Para moverse con el otro hay que unirse a él. Puedo estar lejos y tironearlo para que me siga. Puedo estar cerca y empujarlo para que caiga de espaldas y se haga daño. Pero en ninguna de estas acciones hay armonía. Solo abrazándolo con mi energía amorosa puedo lograr moverlo con suavidad y lucidez.

Rara vez se resuelve un problema con la oposición frontal, con el choque de opiniones. Puede que el conflicto se aplaste, pero sigue allí, vivo bajo el zapato de quien puso el pie encima.

Lo repito para estar seguro de que entendí: centrarse, extender el qi, escuchar, conducir.

Lucas

No hay comentarios.: