miércoles, 2 de agosto de 2006

Budismo y dentistas

Estoy yendo al dentista. Y le he pedido deliberadamente que no me ponga anestesia. Estoy haciendo un ejercicio de observación de la realidad del dolor, tratando de llegar a contemplarlo sin magnificarlo, sin rechazarlo, sin buscarlo: solo contemplarlo y aceptarlo.
Cuando me voy en el tren de la lectura que mi mente hace del dolor, es difícil de soportar. Cuando me entrego a él, lo miro cara a cara y lo acepto, puedo sobrellevarlo.

Se me ocurren varias extrapolaciones de esta situación, pero las dejo a la imaginación del lector... :-)

Lucas