martes, 4 de julio de 2006

Estoy donde quiero estar

Estos últimos días ha estado resonando una frase en mi mente/corazón. La frase es sencilla, pero tremenda. Breve, pero contundente. El pronunciarla, marca un punto de inflexión en mi vida… me retrotrae a la sensación que tuve cuando llegué a pequeña terraza situada ante la cueva de Damo (Boddhidharma) en las montañas de Shaolin. Es sencillamente ésta:

“Estoy donde quiero estar”.

A mis 37 años, estoy exactamente donde quiero estar. Lo que hace unos años eran sólo sueños y proyectos, hoy son una realidad que se despliega ante mis ojos, día a día, estación tras estación. He encontrado una mujer maravillosa, tengo un hijo bello y dulce, estoy transitando los caminos de conocimiento que más me apasionan, me gano la vida haciendo algo que me hace feliz y además les sirve a otros. No puedo pedir más.

¿Será que de aquí en adelante la vida solo trae maduración más que nuevos golpes de timón? Quisiera pensar que no, que siempre soy libre de comenzar cosas nuevas, de emprender proyectos que ni siquiera pasan por mi mente ahora, que en determinado momento puedo dejarlo todo y partir con una mochila al hombro y perderme por los caminos.

No lo sé.

Y no quiero saberlo tampoco.

Me sentaré a escuchar el susurro del viento y a seguir sus consejos.

Lucas sentado.