viernes, 6 de julio de 2007

Pecho o espalda...


A veces tengo la sensación de que la naturaleza propia de las cosas es el vacío. Inherentemente, las cosas son vacías. Es nuestra manera de llevarlas lo que marca la diferencia. Podemos llevarlas como una carga pesada en la espalda o llevarlas en el pecho y alumbrar el entorno con él.

He visto ante mis ojos el modo en que cosas que podrían ser motivo de rabia, frustración, separación y otras, pasan a ser un momento alegre y pleno. ¿En dónde está la clave?

Tal vez,
en no juzgar
en no exigir
en acompañar
en respetar
en entender
en renunciar a si mismo por el otro
en la actitud correcta,

Lo he visto.
Lo he vivido.
Y quiero seguir en ese aprendizaje.

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