martes, 5 de diciembre de 2006

Desde el centro del mundo

Zhong guo. Asi bautizaron hace miles de anhos los chinos a su imperio, que significa "El reino del centro". Ahi estoy ahora, en "ese" centro del mundo, en el centro de mi corazon.

Un viaje es siempre, por pequenho que sea, una vida en paralelo, una historia propia. Este ha sido, hasta el momento, un aprendizaje acerca de mi manera de enfrentar al mundo. Me he dado cuenta de que mis percepciones de las cosas son de unidades pequenhas, de detalles, de sumergirme en las cuentas del rosario para entenderlo, asimilarlo y hacerlo mio. Mi mirada busca analizar, separar, comprender. Lo que me cuesta es hacer el proceso inverso: sintetizar, completar, tener la vision global del todo. Estamos entrenando kung fu y aprendiendo las rutinas que los maestros antiguos crearon para legar el conocimiento a las generaciones que hoy dia transitamos su senda. Es una cantidad enorme de informacion y ahora mas que nunca me ha quedado clara la manera en que mi mente trabaja: puedo explicar el detalle de como, para que y por que de los movimientos, pero a la hora de recordar la secuencia completa, mi mente tiende a bloquearse, quedarse en blanco y el cuerpo detiene su movimiento tambien. Afortunadamente esta conmigo mi hermano y alumno Victor, quien tiene la vision opuesta: es capaz de recordar, con una pasada, el hilo conductor del conocimiento.

Tambien he descubierto que mas que querer copiar al maestro que nos ensenha, lo que debo hacer es enfocarme en mi propio trabajo y tratar de descubrir la logica que subyace a cada movimiento de las rutinas en pareja que estamos aprendiendo. Creo que eso es reflejo de algo mayor aun: mirar adentro antes que afuera, buscar adentro antes que afuera.

Estos han sido dias de mucho movimiento, 6 horas de entrenamiento diarias funden a cualquiera. Mucha gente, mucho ruido, muchos sabores nuevos, muchos olores nuevos, muchos sonidos nuevos. Necesito algo de soledad y silencio. Desde que sali de Chile, este es mi primer rato a solas y me hacia mucha falta. Cerca del hotel hay un templo Taoista, un reducto de la voragine de esta ciudad (Xin Hui). Ahora me voy para alla. Hay un techo altisimo, nubes pintadas en las paredes, una varita de incienso prendida y silencio. Eso es lo que necesito.

El viaje continua...

Lucas

No hay comentarios.: