jueves, 14 de junio de 2007

Dar y recibir



La tristeza comienza a embargarnos cuando empezamos a pensar en lo que vamos a perder, en las cosas que no vamos a recibir más, en el amor que no vamos a tener, etc.


Pero es posible dar un giro completo a ese modo de ver y estar en el mundo. Es posible desatar esos nudos y hacer que se transformen en alas.

Y podemos llegar a alegrarnos por las cosas que podemos dar, entregar, sin importar que el otro agradezca, reciba, reconozca o devuelva.

La primera manera de ver está centrada en uno, en su ego, en su mezquina necesidad de que los demás atiendan y parchen sus carencias. La segunda está centrada en el otro, en los otros.

Sin saber cuál es la mejor, elijo no obstante aquella que me de más libertad y alegría.

Lucas

Nuestras carencias, nuestras abundancias


Me he estado preguntando por nuestras carencias. Todos las tenemos, en distintas áreas. Y a la vez tenemos plenitud en otras. Entonces la pregunta es si con una podemos "parchar" la otra. ¿Puede el éxito profesional parchar el amor de la familia que no tenemos? ¿Puede un hijo parchar nuestra frustración de no haber hecho lo que queríamos en la vida? ¿Puede el sexo “parchar” al amor? ¿Puede el amor “parchar” el sexo? No tengo idea de si se puede o no. Lo que sí sé es que lo intentamos desesperadamente.

Lucas.